La Ciudad Autónoma de Buenos Aires enfrenta una crisis educativa derivada del récord histórico de baja natalidad en Argentina, que ha provocado el cierre de cursos y la reorganización de divisiones en numerosas escuelas públicas. Principalmente en los niveles iniciales, como jardines de infantes y los primeros años de primaria, la matrícula ha caído por debajo del mínimo requerido para mantener grupos independientes, obligando a fusiones de grados o aulas con menos alumnos. Esta situación, calificada como inusual por directivos escolares, refleja el impacto directo de la tendencia demográfica descendente en los nacimientos registrados en los últimos años.
Las consecuencias afectan tanto a familias como a docentes: los cambios implican traslados de estudiantes a otras sedes, alteraciones en horarios y la posible pérdida de identidad en ciertos grados o instituciones. Padres han manifestado preocupación por los ajustes logísticos y pedagógicos, mientras que sindicatos alertan sobre riesgos en la asignación de recursos y cargos laborales, en un contexto ya tenso por condiciones financieras y laborales en el sistema educativo.
Ante este escenario, el Ministerio de Educación porteño evalúa alternativas como la implementación de "parejas pedagógicas" —dos docentes por aula en grupos reducidos— para adaptar la oferta a la nueva realidad demográfica. Sin embargo, desde diversos sectores se demanda mayor planificación y diálogo con las comunidades educativas para garantizar la continuidad de las trayectorias escolares y preservar la calidad y equidad en la educación pública. |