Por la alta inflación, que se confirmó el jueves que fue del 94,8% en el último año, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires amortiguó el impacto de la suba de las valuaciones de los vehículos con un tope al aumento del valor de las patentes.

La patente se calcula en función de las valuaciones de los automotores que establece la Dirección Nacional del Registro de Propiedad Automotor (DNRPA). En el último año, esos valores aumentaron por encima de la inflación.

Repitiendo una iniciativa implementada hace un año, y con el fin de atenuar tanto el impacto de la inflación como el aumento de las valuaciones de los vehículos, para el 2023 se aplicará un tope del 84%.

Según informaron desde el Gobierno porteño, si no se aplicara este tope, la actualización del impuesto hubiese sido del 123%.

Como resultado de la aplicación del IPCBA, el incremento promedio para el total del parque automotor será del 75%, por debajo del tope implementado.

Adicionalmente, para este año se reducirá un 50% la alícuota de los vehículos de menor valuación -aquellos cuyo valor fiscal no supere el millón de pesos-, por lo que su valor quedará en 1,6%. La medida beneficiará a los propietarios de aproximadamente 320.000 vehículos, sobre el total de un padrón de un millón y medio de vehículos.